miércoles, 2 de noviembre de 2011

Cuerdas en el bosque

El cuarteto de cuerda se ausenta para hacer un descanso: nos deja con la melodía todavía entre las hojas, la música aún está prendida entre las ramas del bosque, con el eco de las notas entre las sombras de los árboles. Los músicos no volvieron más; las guitarras que dejaron reposando sobre la hierba comienzan a pudrirse: sin nadie que las haga sonar se han convertido en cajas de madera. Me acuerdo de cuando me mordías en los brazos: tus dientes dibujaban lunitas jugando al corro casi en mis hombros, un sol de lunas cerca de mis muñecas. Cómo echo de menos este dolor. El barniz que protege la tabla armónica se agrieta, la roseta deja de ser la obra de un artesano y se convierte en una corona de espinas; el bosque alimenta sus criaturas con estos pobres objetos que antes sabían cantar. El sol tensa las finas cuerdas hasta romperlas.







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