Arquitecturas
modernas en los pueblos del interior: los cines inaugurados a mediados del
siglo pasado amenazan ruina; conservan la oscuridad en su interior, esa
oscuridad en la que olvidábamos la vida real. Películas del oeste, de romanos,
de ciencia ficción, de kárate; quedan descoloridos pasquines, fragmentos de
rostros, de letras. La ética de entonces se refleja en los nombres de los cines
que fueron los sueños de nuestra juventud: Condado, Novedades, Proyecciones,
Excelsior, Real. Junto a la taquilla había siempre un cartel en tonos
azules sobre las que destacaba el rótulo “Local climatizado”. En este mural que
ocupaba toda la pared interior, un oso polar exageraba la sensación de frescor
y el aroma a ambientador del interior. Blanco y sonriente, el oso humanizado
disfrutaba de la soledad de la noche en el ártico. En el Excelsior el
cartelista había dibujado un sputnik en el cielo, y el oso que anunciaba
el defectuoso aire acondicionado miraba satisfecho el satélite artificial.
Debería haber fotografiado todos esos carteles, todos esos osos polares.
Luis Mayo
Pinturas de Luis Mayo, Paisaje
viernes, 3 de julio de 2015
jueves, 17 de abril de 2014
Telas blancas
Estas sábanas son un velo que muestra el
momento en el que algo de la realidad interfiere nuestro camino y nos asombra,
nos retira la luz durante un momento para dárnosla después, transformándonos en
otros.
En la blancura del bosque, las sábanas marcan
lugares de encuentro. Lo invisible no es oscuro, sino transparente. Ese dejar
pasar la luz de lo invisible nos le oculta en el entorno.
Las sábanas hacen visible el aire del bosque;
el viento y el sonido sólo pueden ser vistos por los síntomas que provocan en
estas telas; la brisa del bosque se desvela por el efecto que provoca en los
pliegues del tejido.
Telas pintadas sobre tela; la aparición es
apariencia: los magos creen que pueden aplicar su voluntad sobre la realidad,
los pintores creamos la ilusión de una realidad aparecida, representada.
Madrid-Detroit
Hace ya dos años que se inició
la obra de los aparcamientos. La suspensión de las obras por falta de
presupuesto embarró la primera fase que se hundió parcialmente. Durante el
primer año sólo algún que otro día se escuchaba el ruido de las máquinas
excavadoras detrás de las vallas. A partir del verano pasado esta barrera
empezó a ceder porque los chatarreros se llevaron algunos segmentos. La parte
hundida permite ver la estructura proyectada, imposible de terminar. Para las
excavadoras se construyeron unas rampas laterales y las máquinas, paradas en
los extremos, nos dan la escala. Algunas rampas han quedado abandonadas ante el
avance de la obra y parecen los trazos medio borrados de un dibujo. En los
muros del hueco han comenzado los trabajos de sustentación y hay unos anclajes
que al principio me parecieron ventanas. Las familias desahuciadas del barrio
Oeste se han instalado en estas ruinas inacabadas. Una escultura con un
caballero que socorre a una figura caída está rodeada por varios montones de
tierra que en la distancia parecen taparla hasta la mitad. Los grupos de
resistencia han colgado sus banderas sobre el bronce, también flores de plástico
como homenaje a sus caídos en los disturbios. Los muros con los balazos de la
Guerra Civil están en el suelo casi enteros, como tabletas de turrón del duro, y están siendo
utilizados para las barricadas actuales. Un helicóptero militar sobrevuela el
paisaje tomando fotos de los sospechosos; tal vez nos estén fichando en este momento. En un taller de
soldadura, al aire libre, comienzan a saltar chispas porque un hombrecito muy
delgado se está construyendo una silla con trozos de chatarra que va
encontrando. Acaba la silla y se sienta entre los tubos de cemento. Tose y se fuma un pitillo contemplando los incendios de la zona sur, sin agua pero todavía con gas y luz, ahora prácticamente desierta.
Armas
Las
armas son instrumentos de mal augurio.
Cuando
no tengas más remedio que usarlas,
Es
mejor que te mantengas sosegado.
Nunca
debes considerarlas objetos bellos.
Si
las ves como objetos bellos,
Te
deleitarás en la matanza de los hombres,
Y no
comprenderás cuál es tu misión en la tierra.
Tao Te-Ching
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